GUAYAQUIL, Ecuador, 16 noviembre, 2012 (PL).- Dirigentes y funcionarios de 13 partidos comunistas de América Latina y el Caribe proclamaron su solidaridad con la Revolución Ciudadana, la condena del bloqueo a Cuba y la libertad de cinco antiterroristas cubanos presos en Estados Unidos. La Declaración de Guayaquil, aprobada por consenso durante el Encuentro Internacional de Partidos Comunistas de América que sesionó durante dos días en esta ciudad, felicita al presidente Hugo Chávez y al pueblo venezolano por su estratégico triunfo electoral. Igualmente reafirma la posición común por la soberanía argentina sobre las Islas Malvinas, por la independencia de Puerto Rico y el derecho de Bolivia a una salida al mar. Especial atención, precisa la Declaración, merecen las nuevas iniciativas de paz presentadas en Colombia, lo cual coadyuva al avance democrático en el Continente. En los hermanos países de Bolivia, Nicaragua, Uruguay, El Salvador, Argentina y Brasil se viven procesos antimperialistas y democráticos inéditos en el área, agregan los partidos comunistas, tras destacar la heroica lucha de la juventud chilena por el derecho universal a la educación.
Subraya la Declaración que los procesos integradores tienen que ver, indiscutiblemente, con las crecientes posiciones. antimperialistas y democráticas de nuestros pueblos y de la casi totalidad de sus gobiernos. La Alianza Bolivariana de los Pueblos de Nuestra América (ALBA), la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), el Mercado Común del Sur (Mercosur) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) marcan una ruta para el futuro de Nuestra América en camino al socialismo, agrega. Precisa que cada proceso nacional tiene sus particularidades y alerta que "el imperio no deja de conspirar contra esta realidad, y financia a través de sus agentes locales, golpes de Estado como los materializados en Honduras y Paraguay". Recuerda los frustrados intentos golpistas en Venezuela, Bolivia y Ecuador, y denuncia la manipulación del tema de la inseguridad, "sugiriendo políticas más represivas que incluiría la criminalización de la protesta social, el narcotráfico o el terrorismo, para justificar su presencia militar en la región". "Es necesario y posible, en estas circunstancias, recalca finalmente, proponer nuevas y más elevadas formas de alianzas estratégicas de los sectores antimperialistas, democráticos y revolucionarios, planteando en cada caso un programa político de unidad de las izquierdas, más allá de los procesos electorales".